22 de febrero de 2008

perro que ladra

el sábado pasado tuve a bien a regresar al perro después de 1 año 5 meses y 7 días de no haberme parado en ese lugar.

un día antes, el viernes para ser mas específico el plan de salir de reven grupal fue abortado por la falta de transporte para regresar al terruño, se que parece como excusa de princesa pero ese el problema de vivir tan lejos de la civilización, un taxi cuesta una millonada y el transporte público ni sus luces, el lugar al que teníamos pensado ir no cierra tan tarde (o tan temprano dependiendo el punto de vista) como para tomar los primeros camiones de la mañana, ni modo, se canceló, con tantas ganas que tenía de ver a san pascualito y al fenómeno. todo terminó en un par de cervezas y una plática profunda sobre el hombre.

el sábado comenzó como cualquier otro, dormir lo necesario, desayunar, revisar algunas posibles adquisiciones con mis padres y comer. no había un plan para el horario nocturno, se vislumbraban un par de fiestas, nada fuera de lo común, todo indicaba eso, hasta que el DJ suguirió el plan de ir al bull, lo suguirió igual que en ocaciones pasadas, sin esperar una respuesta satisfactoria de nuestra parte, esta vez fue diferente, D, G y yo accedimos al recibir la promesa de que "todos" los amigos de ese sector estarían ahí.

la banda encargada de amenizar la velada fue la misma que la última vez que visité el recinto, una banda de covers de metallica que sabe como hacerlo, recuerdo que la fecha un 9 de septiembre del 2006, festejando el cumpleaños de G, todavía acompañado por ese tiempo mi chica P, desde ese entonces y hasta el fin de semana pasado mi cuerpesillo no había vibrado al ritmo del can.

esta ocasión no fue la excepción, las bebidas refrescantes corrieron por litros y el resultado rebasó mis espectativas, pero divertido a final de cuentas, no fueron "todos" los esperados, encontré gente que no había tenido el gusto de ver desde hace mas de un año y la banda rifó duro, como lo esperabamos. la concurrencia estaba mayormente dominada por jovenes muy jovenes, no porque yo sea un adultocontemporaneoqueescuchauniversalstereo, pero me sentí mas viejo de lo que hubiese querido, eso sí, la calidad de las chicas que se encuentran no ha cambiado, guapa por doquier.

el plan se llevó a cabo como en los viejos tiempos, no ibamos a dejar que la falta de transporte nos detuviera esta vez, entrar de noche salir de día, como extrañaba eso, tomar uno de los primeros transportes que suben a mi cerro. recibimos una llamada de la ahora habitante de acapulco, la fiesta entre acapulco y méxico se unió por medio de unos mensajes y una posterior llamada, saludos maris. el domingo fue dedicado como en the old days a descansar todo el día y reponer fuerzas.

se que ustedes amables y escasos lectores de este blog se preguntarán por que hago tanta alharaca de un evento sin la suficiente trascendencia, permitanme aclarar este punto, el perro en algún momento de mi vida significó mucho, no solo por la fiesta (aunque si), mas allá de eso, la gente que tuve el gusto de conocer en aquel lugar y que conservo su amistad, ser el lugar de incontables locuras, anecdotas, borracheras y todo lo que va incluido en ello. regresar después de tanto tiempo me hizo recordar que el tiempo no pasa en vano, que las cosas cambian aunque al final termines igual de alcoholizado.

salud.


2 comentarios:

MaR dijo...

Vivir lejos caray, eso me suena familiar. Mi suburbio bonito y apacible apesta para el reven, tiene agüita, árboles, grandes calles, pero es re apacible. ¿Vivir lejos? pregúntamelo a mí, jajajja, ni hablemos del costo del taxi, gracias gracias.

Saludos!!!!!!

patzarella dijo...

no muerde ???